La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó en Durango un ambicioso programa integral destinado a fortalecer la producción de carne de alta calidad en Durango, Coahuila y Sonora. Con una inversión cercana a los 700 millones de pesos, la iniciativa forma parte del Plan México y busca no solo apuntalar la economía regional, sino también mejorar los estándares de sanidad y competitividad de uno de los sectores más relevantes para el país.
Durante su gira de rendición de cuentas por su primer año de gobierno, la mandataria subrayó la importancia estratégica de esta inversión para el desarrollo rural y la seguridad alimentaria nacional. “Hoy anuncio una inversión total de casi 700 millones de pesos aquí en Durango para apoyar la producción de carne de la mejor calidad”, declaró Sheinbaum ante productores locales y representantes del sector.
El programa contempla la entrega de sementales bovinos para mejorar la genética del hato, la creación de un fondo de apoyo para la engorda y el establecimiento de Centros Integrales de Producción de Carne. Estas acciones están orientadas tanto al abastecimiento del mercado interno como al reforzamiento de las capacidades de exportación, especialmente en un contexto de crecientes exigencias sanitarias internacionales.
El anuncio se produce en un momento crítico para los productores nacionales, tras el cierre de la frontera de Estados Unidos al ganado de pie mexicano debido a la detección de casos de gusano barrenador del ganado (GBG) en el sur del país. Esta medida, impuesta por autoridades estadounidenses, ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los productores frente a los vaivenes del mercado internacional y la necesidad de fortalecer las cadenas productivas desde una perspectiva de soberanía alimentaria.
Históricamente, el sector ganadero ha sido un motor económico fundamental para las regiones norteñas, pero también uno de los más afectados por la falta de apoyos estructurales y la concentración de beneficios en grandes empresas exportadoras. En ese sentido, el nuevo programa representa una oportunidad para democratizar los beneficios del desarrollo rural y avanzar hacia una mayor igualdad económica en el campo mexicano.
La inversión anunciada por la presidenta Sheinbaum responde a la urgencia de dignificar las condiciones de los pequeños y medianos productores, tradicionalmente marginados por las políticas neoliberales de las últimas décadas. El fortalecimiento de la producción nacional de carne, orientado bajo criterios de calidad y justicia social, constituye un paso relevante para reducir la dependencia de mercados externos y combatir el poder de los grandes intereses corporativos en el sector alimentario.
Si bien el programa enfrenta desafíos, especialmente en materia de sanidad animal y comercialización, el enfoque integral y la apuesta por el fortalecimiento de capacidades locales representan un avance hacia un modelo agrario más justo y sostenible. La transparencia en la ejecución de recursos y la inclusión de voces campesinas en la toma de decisiones serán claves para garantizar que la inversión pública beneficie realmente a quienes más lo necesitan.